Los venenos de flecha se utilizan para envenenar cabezas de flecha o de dardos a los efectos de la caza, la guerra o el asesinato. Han sido utilizados por los pueblos indígenas en todo el mundo y todavía están en uso en zonas de América del Sur, Colombia y Asia. Algunos ejemplos notables son los venenos secretados de la piel de la rana punta de flecha o rana venonosa, y curare (o 'AMPI'), un término general para una serie de venenos de flecha derivados de plantas utilizadas por los pueblos indígenas de América del Sur.[1]